"Strike 1.. Strike 2.. OUT!! ..He's just made a homerun!" Hasta ahora solo lo había escuchado en las películas o en los partidos retrasmitidos por algún canal de deporte. Pues no, ayer experimenté en vivo y en directo. Nos fuimos a Seattle a ver el partido de baseball Mariners-Twins. Si te digo la verdad: una mierda. Creo que las altas expectativas que tenemos de las cosas puede que nos impidan disfrutar de ellas; pero, en este caso, creo que era simplemente aburrido. Presté mucha más atención a la pantalla, a la gente que bailaba como loca animando a su equipo o incluso al movimiento de las nubes sobre el estadio. "Que acabe ya" empecé a decir a partir de la primera media hora. Dos horas y media duró. Dos malditas horas y media. No vuelvo. Que sea un deporte de gran admiración americana no quiere decir que le encante a una pura europea. Ah, ganamos 2-1, por si a alguien le interesa.
Ya puestos, pasamos el día en downtown Seattle. Me paseé por las calles más importantes de la ciudad, fui al primer Starbucks, visité la famosa Gum Wall y fui al mercado más antiguo del mundo que sigue en pie. Todo esto sin olvidar los cientos de fotos que hice y el rico helado que me tomé contemplando los altos rascacielos de La ciudad Esmeralda.
Ah y por cierto. Comentaros que voy a ser la nueva manager del equipo de crosscountry de Oak Harbor High School y también lo practicaré (pero me abstengo de ir a las carreras, a mi que no me rayen: yo no corro 12 kilometros al día).
Ah y por cierto. Comentaros que voy a ser la nueva manager del equipo de crosscountry de Oak Harbor High School y también lo practicaré (pero me abstengo de ir a las carreras, a mi que no me rayen: yo no corro 12 kilometros al día).
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