domingo, 28 de noviembre de 2010

Día 122: Thanksgiving, el día del pavo.

Thanksgiving, Acción de Gracias.. como lo quieras llamar. Madre mía, yo no salgo de este país viva. Algún día moriré de congestión alimenticia. Y no es coña. Yo muy española, como ya sabes, me pasé la mañana de ese día contando lo mucho que comemos en Papa Noel, Navidad, Fin de Año o Año nuevo; ya sabes que me encanta presumir de donde vengo. La cosa es que esta vez, creo que los americanos nos han ganado. Menos mal que es una vez al año, menos mal. Al acabar no pude evitar echarme una siesta a la española, porque de verdad eso no tenía nombre. Lo que me hizo gracia esta vez fue, que entre la comida y el postre esperaron tres horas. Tres santas horas. Qué cosas más raras se hacen por aquí; aunque tiene sentido, no terminas de comer con postre hasta las orejas. Por lo menos haces la digestión. Quiero intentar recordar todo lo que había pero es imposible. Mashed potatoes, rolls, salad, ham, gravy, apple sauce, corn puddin, cramberry cream, pumpkin pie, lemon pie, whipe cream... (etc, etc, etc) .Y evidentemente, ahí estaba el pavo. Con ese mítico relleno que se ve en las películas. Aunque decidí no preguntar de que estaba hecho, solo por si acaso. No quería llegar a saber lo que estaba saboreando, dejémoslo en que estaba rico y punto. Y hablando de comida, hice uno de los platos. Le llaman "sweet potatoes" pero de potatoes no tienen nada. Mientras lo hacía se me estaban quitando las ganas de comerlo. De hecho casi ni lo probé. Pero la gracia es que fue lo único que se terminó. Sí mamá, siéntete orgullosa de mí; pero que sepas que nunca cocinaré eso. Como bien dice la palabra, antes de empezar a comer rezan dando gracias por lo que tienen y blablabla. Pero no hablo de rezar dos minutos, no, eso fue casi diez. O por lo menos eso me pareció a mí. Tanta familia me hizo sentirme casi como en casa, la diferencia es que esta vez no era de los primos pequeños, sino de los mayores. Pero bueno, aquí también me tocó sentarme en la mesa de los pequeños. Aunque prefería haberlo hecho con otros, creo que ya saben ellos quienes son. Como puedes ver hay cosas que nunca cambian. Todo eso fue el jueves. Y bueno, para rematar otra de estas experiencias americanas: Black Friday. Lo que viene siendo el día de inauguración de las compras navideñas, donde todas las tiendas tienen unas rebajas como del 50% o incluso más. Las puertas de las tiendas abren a medianoche, pero como que prefería esperar a la mañana siguiente. Ya sabes, yo no me pierdo una de esas. Y por lo visto mi amiga Elyse tampoco. Por lo tanto decidimos pasar el día juntas de compras y luego la noche en su casa. Que por cierto me sirvió para aprender a tocar un poco la guitarra. Pero quien dice un poco dice cuatro acordes, algo es algo. Little by little;)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Día 118: When the moon is low, we can dance in SNOW.

Bueno, que tengo un taza de té bien calentita en mis manos y me apetece un montón escribir, así que allá vamos. No sé hasta que punto te había empezado a contar lo de la nieve, pero hoy el termómetro a bajado a -10º Celsius y por lo tanto, tampoco hemos tenido clase. Y claro, pensando que mañana es Acción de Gracias, no piso el colegio hasta el lunes. Menuda juerga colega. No sé, que esto de la nieve me hace feliz, me recuerda a Navidad. Y es curioso, porque nunca lo experimentamos en nuestro querido Vigo. Ya sabes, otra vez más, las películas lo hacen todo. Pero ya puede empezar a derretirse, que me apetece moverme de casa. El lunes tardamos casi una hora desde el instituto hasta aquí, que normalmente son doce minutos, ni uno más ni uno menos. Menudo cristo se armó. Lo primero que se nos ocurrió al bajar del coche fue ponernos a hacer fotos, pero nuestra sorpresa fue poner los pies dentro de casa y ver lo que la riquiña de Heidi había preparado. Pastas recien hechas y apple cider calentito. Y encima, música navideña inundaban la casa. ¿Qué más se puede pedir?No me digas que no es para contar, aunque no te haga ni la mitad de ilusión que a mí. Como comprenderás, lo de las fotos quedó para más tarde. Todavía eran las cinco de la tarde del lunes y ya estábamos planeando qué haríamos el martes. Que por cierto, no le quitó nada de desear al lunes. (Espera, ¿eso suena bien?, joder, en serio.. estoy teniendo problemas para escribir esto). Bueno, que ayer nos pasamos como dos horas haciendo 'sledding'. Para los que no controléis la terminología americana, es basicamente deslizarse con trineos. Ya, ya lo sé, yo tampoco tenía ni idea de que hablaban. Suerte que tenemos una gran bajada para llegar a casa. Entre eso y robarle al vecino la suya, estupendo. Mis grandes desviaciones con el trineo le hizo decir a mi padre la graciosa frase de "ya sé porque en España no os dejan conducir hasta los 18". Ay Meu, este hombre es de lo que no hay. Eso, que el transcurso del día fue de bien en mejor. Pero he de contar la gota que colmó el vaso, y no me preguntes por qué, pero creo que mi prima Paula no se quedará tranquila hasta escucharme decir que sí, que resbalé subiendome al coche y me cai de culo. Tranquila Pauli, que sigo siendo la misma. Y dejando un poco de lado la nieve pero no el espíritu navideño, decirte que mañana es Thanksgiving (Acción de Gracias), y que esto aquí es igual o incluso más importante que el día de Navidad. Sí, es el día este en el que se come el pavo. Veremos mañana si la cantidad de comida supera a la de Fin de Año o Navidad. Pero eso será en el próximo capítulo.
And by the way, Taylor me ha dicho que esta noche he vuelto a hablar en sueños. Pero que esta vez no era ni en español ni en lenguaje indescifrable. Estaba hablando en inglés, en inglés tío. "Get out of here, you shoulda been doing that! Look what the heck you did!". Eso fue lo que me escuchó decir. Ahora si que estoy más emocionada que nunca. Pero lo que me gustaría saber es qué demonios estaba soñando...

Posdata: Mucha suerte a todos los que estéis en la semana de evaluación, especialmente a mis clunyenses favoritos. Y sabéis que no me olvido.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Día 116: Wherever I go.

Hey whats up! Theres so much going on these days and.. and Belén, vuelve al español anda. No se por qué, llevaba toda la semana pensando que Seattle iba a ser genial, y así fue (una vez más). Pero el problema era que también tocaba día con los exchange students de nuevo (Space Needle, Pacific Science Center, Music Museum, IMAX). Difícil decisión. Sonaba bien, pero llevaba toda la semana pensando en como iba a arrasar con las tiendas de downtown Seattle, entonces me costó bastante decidirme. Finalmente decidí unirme a ellos por un par de horas y así por lo menos ver sus caras, que nunca vienen mal, algunos de ellos se están convirtiendo en algo muy especial para mí. Así que así fue, me perdí mi ansiada visita al Space Needle con ellos, pero si lo hice fue porque ya tengo planeada otra con incluso mejor compañía. Y nada, que a eso de las dos de las tardes me planté en la primera tienda. A eso de las cinco y media mis pequeños pies ya se habían cansado de caminar por todas esas calles de películas que tan parecidas a Nueva York son. Y supongo que ya estaba bien, mi cartera empezaba a decir basta. Como te supondrás esto no tiene nada que ver a caminar la calle del Príncipe de arriba a abajo en un día de rebajas, es incluso mejor, pero ya estaba perdiendo mi habilidad para estar saliendo y entrando de las tiendas durante horas y horas. Y como el dicho este dice, "no es oro todo lo que reluce". Bueno, se podría decir que la morriña se apoderó de mi por unos minutos cuando me sentí caminando bajo hojas otoñales, con luces en los árboles y miles de bolsas en mis manos. A todo esto se le unió la aparición de un señor tocando el violín en plena calle, y sí, era esa canción que un hombre lleva tocando en Príncipe durante años. Pero eso no era todo, el olor al entrar en Sephora me teletransportó a cuando me aburría con Ana y no sabíamos muy bien qué hacer. No me digas que no faltaba Bonilla. Como ves no todo es siempre fácil por aquí. Me sentía en Vigo completamente, y no dudé en decirlo. En que se parecen, me preguntaron. La cosa es en qué no se parecen, respondí. Pero tras un rato de intentar encontrar la perfecta comparación, Hannah hizo este pequeño comentario: "Esto qué es.. como más.. estadounidense?". Eso, era eso. "Esto es lo que ves en las películas de navidad cuando se escucha la cancion de Santa Claus is coming to town", Vigo es más.. Vigo.
Oye, que cuando te decía que este invierno sería el más frío en 60 años no estaba de coña. Las temperaturas siguen bajando y ya me he acostumbrado a ver el termómetro en grados Farenheit. Y ahora ya sé que cuando veo 25º no es hora de ir a la playa, si no que es hora de ponerse un buen abrigo, porque vienen siendo 4 grados Celsius bajo cero. En estos momentos son en los que das gracias por haber estudiado la conversión de temperatura en física y química. Y bueno, hoy estando en Advisory empecé a ver unos pequeños copitos de nieve cayendo, pero pensé que no sería posible. "En Oak Harbor solo nieva veces contadas sobre diciembre o enero". Pero no, no estaba equivocada. Dos horas más tarde Whidbey Island estaba cubierta de nieve. Y como ya sabes, mi cámara hizo aparición de nuevo. Pero te tendrás que esperar unos días más, te lo contaré justo antes de la esperada Acción de Gracias. Y por cierto, ¿te doy envidia si te digo que mañana se cancelan las clases porque nieva?