viernes, 19 de noviembre de 2010

Día 113: Harry Potter and the Deathly Hallows.

No miento, copio y pego: "Harry Potter and the Deathly Hallows (Parte I) ingresó la noche del jueves 24 millones de dólares en las salas de cine de EEUU". Sí, nunca había visto tanto fanático de Harry Potter junto como aquí en América. Sabía que era un fenómeno mundial, pero aquí les ha dado fuerte. Que a mi siempre me ha gustado ya lo sé, pero esta última semana mis ganas se habían superado más que nunca de tanto hablar de eso. Decidimos ir a ver la premiere de medianoche ayer. Y hablo de medianoche en Estados Unidos, no en España. Ya me jode, pero mi cuerpo se ha acostumbrado a irse a cama no más tarde de las diez y media durante semana. Así que ponerse a ver una interminable película a las doce de la noche en estos momentos de mi vida no es lo mejor para mi cuerpo como podrás comprender. He descubierto otra cosa rara de por aquí: cuando se compran entradas del cine no te asignan los sitios, tienes que coger tú el tuyo; por lo tanto, imagínate la historia, la gente se puso a hacer cola desde las siete de la tarde (no vaya a ser que te toque en primera fila). No fui una de esos exagerados, pero me planté alli a las nueve con mi café en las manos. Y quien dice café dice miles de capas de ropa. Puedo jurar que nunca en mi vida me había abrigado tanto. Porque amigo mío, vivo en Oak Harbor, es noviembre y este invierno se las va a traer. Por lo tanto, no me quieras imaginar. Allí me encontraba yo, en el primer grupo de gente, éramos como veinte aproximadamente. Y te podías encontrar desde mantas y guantes hasta un portátil con antiguas películas de Harry. Y cómo no, todos con la cicatriz pintada en la frente, obra maestra de Shannon esta vez. Como comprenderás tres horas en cola dieron para bastante. Y fue en uno de esos momentos en los que me di cuenta de que esa noche sería de las de recordar cuando volviera a España, una de esas noches americanas. Una vez dentro todavía eran las once y media. Pero no te preocupes, rápidamente inventamos un pasatiempo. A las siete más cantosas de toda la sala del cine no se nos ocurrió otra cosa que cantar la cancion de Harry Potter a base de "dudududu..". Sí tio, todo el mundo nos miraba, pero mira que me lo pasé bien. Además compartir palomitas con Mike fue aun más divertido. Y nada, que acabó casi a las tres menos cuarto. Sí, me metí en mi cama a las tres y media; y tres horas más tarde estaba en pie lavándome los dientes. Mucha gente tuvo el privilegio de no ir al colegio hoy, pero nuestros queridos no nos lo permitieron. Así que como buenass americanas: unas ugg, los leggins y uno de estos ugly sweatshirts y para clase. Eso sí, unas ojeras de aquí a Cuenca (que ahora me queda más lejos), pero no era la única. Cuando vi pasearse a una con una manta por el pasillo ya no me preocupé, además dediqué mi clase de fotografía a dormir detrás de la grande pantalla del Mac. Ay madre, como se nota que echo en falta el trasnochar. Y encima a mi amigo el de literatura no se le ocurre más que preguntarme para que corrigiera los deberes que ni si quiera había hecho, evidentemente; pero salí del embolado. Por una vez tuve suerte.
Y nada my friend, que te comento que mañana me voy a pasar el día a Seattle y tengo que madrugar. Tendrás noticias pronto. Bye.
Foto: Lo que yo más echo de menos. Que no te creas que no me acordé de nuestros "Harry Potiño". Tú me entiendes.

No hay comentarios: