domingo, 19 de junio de 2011

Día 318: Forever and Always.

Ya no puedo utilizar los días aquí como medida de tiempo. La palabra "aprovechar" está haciendo efecto a mi promesa, y cada día pasa algo importante. El jueves por la noche cuando llegué en casa había una fiesta sorpresa de despedida para mí. No creo que pueda describir con palabras la alegría que supuso que todas esas decenas y decenas de personas estuvieran allí. ¿Qué más le puedo pedir yo a estos once meses? No creo que se me pase nada por la cabeza. Lo único que me queda por hacer en este país es ir al drive-in (ver una película en un descampado desde el coche) e ir a un concierto. No sé cómo ni cuando, pero lo cumpliré en estos próximos 11 días. Esto se acaba, ahora es cuando me doy cuenta, un poco tarde supongo. Tendré que resumirlo todo en recuerdos, en frases, en fotografías y en canciones. Y como no, en una gran bandera americana. El viernes, al ser el último día de clase, fui a despedirme de esos profesores que han dejado una huella en mí.. si al final se le acaba cogiendo cariño hasta al de historia americana. Ayer fui a mi primera y única boda en en estas tierras, algo diferente a lo que estoy acostumbrada, pero las bases son prácticamente las mismas a las españolas. Nunca había presenciado una boda en la mitad de unos jardines ingleses, perdidos entre árboles a las afueras de una ciudad. Me encantó. Pero la mejor parte fue sin duda la de bailar, ya me conoces. Conocí a más universitarios juntos que en toda mi vida.. qué quieres; si la gente de mi edad no tiene la misma marcha que yo, de algún lugar tendría yo que encontrarla. Las memorias se siguen acumulando. Ah, por cierto, hoy me di cuenta de algo un tanto interesante cuando pisé Starbucks. Es gracioso como los americanos solo quieren sentarse a tomar una taza de café en la mesa de una calle de París o en pleno centro de Barcelona, solo porque piensan que es europeo. A nosotros, sin embargo, nos da por pensar que el royo de andar por la calle con el café en la mano es lo más americano. En realidad, la diferencia está en que no es algo común para nosotros. Me encantaba pasearme con un café mis primeros meses aquí, pero desgraciadamente, ya no es más que monotonía ahora. No sabes las ganas que tengo de sentarme en una terraza en el Náutico con mis amigas.
















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