jueves, 5 de mayo de 2011

Día 273: Impossible is nothing.



























































Si me preguntan que son las piernas ya no sé ni responder, no las siento. Ayer jugué el mejor partido de mi temporada; y para qué negarlo, tenía bastante en mente que perdería, la tía era buena de cojones. Aunque bueno, no me preguntes cómo ni por qué, pero después de 2 horas y cuarto de partido, acabé ganando el tercer set 7-5. Vaaaaamos. Esta mañana al despertarme creo que me arrepentí de haberme esforzado tanto, dios. Lo mejor es que hoy tuve que volver a jugar contra ela, pero esta vez fue en casa. Creo que lo de tener a Marina, Kyle y Will ahí dándolo todo por mí me subió un poco la moral. Y esta vez me llevé el partido en solo dos sets. Jo, no me puedo creer que la sesión acabe el sábado, ha ido tan deprisa que ni me he dado cuenta. Supongo que el tenis ha ayudado a que el tiempo haya ido tan rápido estos últimos meses. 55 días creo que quedan. No, no he empezado una cuenta atrás; pero a las listas de mis amigas parece que les gusta ponerse a calcular en cuántos días crearemos el valle de lágrimas. A mi me sigue pareciendo que lo del tiempo es un tanto misterioso, me refiero a la rapidez, yo creo que tiene truco. Lo rápido que ha pasado el tiempo desde las Navidades es increíble. Ha sido el año más rápido de mi vida, aunque el año con más novedades también. Y en el que, sin duda, más gente he conocido. Lo de las responsabilidades y todo eso ya no es una meta, creo que se ha convertido en un logro. Las inspiraciones ya no vienen solas y siempre suelo fijarme en las dos caras de la moneda. Y eso es solo algo que yo puedo llegar a entender. Ahora creo que tengo que dejarte, todavía me quedan dos días más de partidos (si antes no muero en el intento). Y además he conseguido colarme en el campeonato de Distritos el cual empieza el martes. Así que no sé de donde voy a sacar yo tanta energía, pero de algún sitio fijo. Total, qué más dará; soy feliz, me gusta sonreir.

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