domingo, 13 de febrero de 2011

Día 203: There once was love.

El primer catorce de febrero en los States. Otra cosa que hay que vivir ya que estás pasando un año aquí. Siempre ha sido algo insignificante, sin importancia. Y mi idea de que lo inventó el Corte Inglés sigue en mente. Pero claro, puedes hablar de imposibilidad si intentas encontrar un Corte Inglés en América, ya te digo yo que eso no va a suceder. Siempre te digo que le dan demasiada importancia a las chorradas, por supuesto que esta vez no iba a ser menos. El colegio fue una plaga de flores, globos con forma de corazones, cartas, peluches y mariconadas similares. No sé cuántas veces he escuchado hoy "este es el día más triste del año, menuda mierda". Yo me limitaba a pensar que me daba exactamente igual. Tienes que marcar un día en el calendario para recordarte que no tienes un novio? O que tienes al mejor del mundo? En fin, ya sabes que hay algo entre las mentes europeas y americanas que nunca encajarán. Y que además esto sirve como un día de aprecio aquí, los padres también les compran chocolates y flores a sus hijas y los abuelos envían postales con corazones. Pero bueno, culturas hay para dar y tomar, es cual paleta de colores. Este fin de semana me vino bien, algo de tiempo con mi catalana favorita de nuevo. A mi me sigue haciendo gracia ver como se deteriora nuestra lengua materna, no es por nada. Pero es que ya me da igual contarle mis historias en inglés que en español. Eso sí, acabamos hablando serio; y eso fue en español. Grandes diferencias, comparaciones. En segundo de la eso te preguntaban que ibas a hacer en tercero. ¿Qué respondías? "Lo mismo que ahora". En cuarto nos preguntaban que íbamos a hacer el año que viene. La respuesta a eso era un poco más arriesgada. "Me voy a los Estados Unidos". Pero la verdad es que nunca le llegué a dar tanta importancia como la que en realidad tiene. Pregúntame tú, ahora, qué voy a hacer en mi futuro, digamos que próximo. Pues te puedo responder que no lo tengo claro. Obviamente sé que en cinco meses me encontraré de vuelta en España, y qué. Nada más. No puedo decir que mi mente esté en blanco; bueno, rectifico, puede que esté en blanco para ese tema. Creo que las conversaciones con Raquel acaban siendo mucho más filosóficas de lo que unas niñas de dieciséis años normales y corrientes podrían hablar. Podemos decirte que sinceramente vemos la madurez, la independencia y los desafíos como parte primordial de nuestras vidas. Y eso no es algo que alguien nacido en la generación del 94 se plantee. En definitiva, que pasar horas con ella es como ir a correr; siempre te sientes mucho mejor después. Ahora si me disculpas me voy a una cena con mis amigas, nunca está de mal recordar que las sigues teniendo en un día así.

1 comentario:

ventanada1 dijo...

ventanadaaa me ha encantado este , cada día escribes mejor.!!!