martes, 1 de febrero de 2011

Día 190: Semestre nuevo, vida nueva.

The American Dream. El sueño americano, o como quieras llamarlo. Ya puedo volver a mi país tranquila después de haber conocido a mi estereotipo americano. Casualmente es el hermano de una de mis mejores amigas y desgraciadamente está en segundo de carrera. Y aunque sabes que los rubios no son mis favoritos, esta vez la moneda cae del revés. Cuando pensé que ya era feliz para el resto de mi vida, mi querida amiga me dice que fue capitán del equipo de fútbol en el high school, príncipe de Homecoming en su sophmore year y rey de Prom en su senior year. Podrás imaginarte mi cara después de eso. Pero me reconforta saber que su hermana me diga que me parezco mucho a su exnovia, al parecer tenía raices italianas. Parece ser que le van las europeas jeje. Bueno, ya está bien de tonterías por hoy. El fin de semana pasado fui a Seattle con estas dos como te dije, y por supuesto tuve el placer de conocerlo. La palabra divertida se queda corta para describir el fin de semana. Y debo decirte que cada vez me suena más apetecible lo de estudiar la carrera en los Estados Unidos, me estoy enamorando de su sistema. Me quedó todavía más claro al visitar el campus de University of Washington el domingo. Mami, no te preocupes, es que la niña está creciendo y las expectativas van siendo más altas. Y hablando de expectativas, el martes y el miércoles tuve los exámenes semestrales finales. Oye, fue la primera vez en mi estancia aquí en la que vi que mis horas de estudio sirvieron para algo. Además todo tiene su recompensa, y esa fue la tarta de cumpleaños de Lily que tomamos ayer por la noche. Después del último basketball game de la temporada, nos dirigimos a casa de Millicent con la idea de darle una pequeña sorpresa a Lily y ya de paso comer la tarta que Marina había hecho. Sorpresa no sé si fue, pero hacía meses que no lloraba de la risa. Supongo que si a un grupo de americanos le sumas a un francés y a una española, todo puede salir de ahí. Y encima tuve que deleitar a la cumpleañera cantando el Cumpleaños Feliz en español, eso sí.. no sin antes escuchar la versión francesa, y ya sabes de quién estoy hablando. Que por cierto, esta vez le llevé unas pequeñas muffins por su cumpleaños a la dieciochoañera; me negué a volverlo a intentar con las cookies, no después de la que lie en el cumpleaños de Will. Mañana empieza el nuevo semestre y dejo la clase de Drawing a un lado para pasarme a Pottery. El profesor de gran semejanza a Einstein me va a echar de menos, que yo sé que soy de sus favoritas. Pero por supuesto que me pasaré a visitarlo de vez en cuando, que cuente con ello.

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